De Gyeongju hasta Seúl voy en un tren patatero que se mueve mucho y hago transbordo en Daegu en un tren de alta velocidad. No es tan cómodo como los japoneses pero solo es una hora y cuarenta y cinco minutos porque para en tres o cuatro estaciones y no está mal.
Ya lejos de Gyeongju y desde el tren sigues viendo tumbas.
La estación de Seúl no está a la altura del resto de la ciudad, muy normalita.
No tenia planificado volver tan pronto a Seúl pero he conseguido confirmación para visitar mañana la DMZ con
acceso a la frontera con Corea del Norte y no podía perder esta oportunidad, ya que me cancelaron por causas operativas la visita que tenía reservada para el pasado 24 de Julio.
Asi que por la tarde he decidido ir a ver un parque temático, el Lotte World, que tiene la singularidad de tener la mayoría de sus atracciónes dentro de un enorme edificio. Además hay centros comerciales, cines, teatros y hasta el edificio más alto de la cuidad.
La Lotte Tower, 555 metros y 123 plantas
Entrada al parque temático.
La entrada principal es por el tercer Piso y nada más entrar ya ves de todo, castillos, globos aerostáticos y trenes que dan vueltas por el techo del edificio.... Te asomas a una barandilla y ves que en el primer piso hay una pista de hielo enorme.
Fundamentalmente esta pensado para los niños pero esta lleno de gente de todas las edades.
Por una pasarela se accede a la Isla Mágica, situada en un lago y que es la parte al aire libre del parque. Esta todo muy comprimido. Es una verdadera obra de ingeniería meter tantas cosas en tan pequeño espacio.
Hay dos montañas rusas, la exterior es más pequeña y he tenido que hacer tres horas de cola entre ambas. La falta de espacio y unas operaciones muy lentas, yo creo que así programadas, hacen que las atracciones más importantes tengan unos tiempos de espera exagerados. Ademas hay otras atracciones de bastante nivel, sobre todo dentro, que te asombra fundamente porque no te haces idea de donde están metidas.
En cualquier caso el espacio está aprovechado al máximo.
Después de algo más de cinco horas, ya estaba cansado y he vuelto al hotel en metro, casi de puerta a puerta.
Está vez he cogido el hotel en el centro, justo al lado del Ayuntamiento. La zona ya la había visitado en mis primeros días en Seúl y me encanta.
Para la cena he tomado esta omelette roll, que es una tortilla de verduras.
El ayuntamiento es el edificio del fondo, el del reloj.
La temperatura por la noche era de 25 grados que con la ligera brisilla era excepcional para pasear. Se nota que es viernes noche. Aquí como en Tokio les gusta salir a cenar y beber tras el trabajo y se les va la mano bastante con el alcohol, aunque sin crear ningún tipo de problemas. En el restaurante en el que he cenado estaban hasta cantando y uno de ellos apenas se mantenía en pié. Por la calle también te cruzabas con gente muy contenta con sus colegas. Esta ciudad es realmente encantadora.
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