Este segundo tren no era tan bueno, diésel y algo ruidoso aunque bastante cómodo.
Esto de ponerse el rulo ahí es bastante habitual. Era mi vecina de asiento mientras dormía. Luego se lo ha quitado!!
He llegado a la ciudad, de unos 280.000 habitantes sobre las 12,30. Aquí hay más movimiento y más visitantes, aunque los occidentales somos caros de ver.
Tras dejar las cosas en el hotel me he ido a ver las primeras tumbas por lo que es famosa esta ciudad y su provincia, al menos en Corea!!. En cualquier caso es el área del país con mayor patrimonio artístico aunque Corea no tenga un pasado tan brillante como sus países vecinos. De hecho estas tumbas empezaron a excavarse en 1921, no hace aún ni un siglo.
Hay cientos de ellas construidas entre los siglos VI y VII
El paisaje que conforman es realmente bonito y muchas chicas o parejas lo utilizan para hacerse fotos.
Lo cierto es que esta gente necesitaba más espacio para los muertos que para los vivos.
La tumba de Cheonmachong se excavó como prueba para acometer excavaciones mayores porque no era muy grande. Al final encontraron más de 1.000 objetos en su interior. De momias no he visto ni leído nada, así que imagino que después de 14 siglos y sin más protección que piedras y arcilla quizás no ha quedado gran cosa de los cuerpos. El budismo no llegó a este reino hasta el siglo VIII que es cuando hay constancia de la primera cremación de un difunto en el país.
Entrada creada para la exposición. Las tumbas luego eran cubiertas de piedras, arcilla para la humedad y tierra.
Esto era una tumba o una réplica, no lo tengo claro.
Puedes pasear el tiempo que quieras, la zona es enorme.
Hay varias dobles, no se si unidas antes o después de su construcción.
Advertencia, si escalas las tumbas 2 años de cárcel y/o multazo.
Hay algunas pequeñas capillas alrededor, pero ninguna destacable.
Las calles quedan vacías de gente con la lluvia.
No es lo habitual que crezcan árboles en los montículos, pero alguno hay.
Cuando obscurece la ciudad gana muchos enteros. Los enormes parques formados por los complejos de tumbas ligeramente iluminados invitan a recorrerlos. Luego te encuentras con maravillas como el puente Woljeonggyo del siglo VIII, que aunque nunca recordaré su nombre, no creo que olvide nunca.
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