martes, 23 de julio de 2019

23-07-2019 Seúl, una ciudad muy interesante.

Después de dormir más de 10 horas y recuperarme, me comunican que mi visita a la DMZ o zona desmilitarizada en la frontera con Corea del Norte ha sido cancelada por “razones operativas”, algo relativamente usual por lo que he podido averiguar, así que lo intentaré a mi vuelta a Seúl al final de este viaje. Esta visita no se puede contratar el mismo día puesto que deben comprobar tu identidad, etc.

Tras la visita a la oficina turística, que me ha ayudado con ésto, cojo el bus 3 que me lleva hasta la Seoul Tower.





Esta situada en el centro geográfico de esta gran ciudad, en lo alto de una montaña, lo que te permite ver una vista circular de la metrópolis, rodeada de montañas algo más altas.


A la altura de la montaña de Namsan, sumamos la altura del observatorio de la torre y posiblemente  las vistas superan los 400 metros de altura. 




Las zonas más antiguas de casas bajas se mezclan entre los modernos edificios del centro de la ciudad

Una vez he bajado de la montaña, ya se ve otra ciudad. La auténtica Seúl. 



Aquí se encuentran, en las avenidas, las grandes tiendas multinacionales de lujo y en las calles adyacentes se concentra el resto de comercios y pequeños restaurantes, muchos de ellos, como en toda la ciudad, en segundas y terceras plantas de los edificios. 

Por eso los edificios están llenos de carteles en todas las plantas


Nada que ver con la zona de Itaewon. El Centro del ciudad, en este caso Myeongdong y alrededores concentra al grueso de los visitantes y del público local. 

Estos puestos de comida empiezan a montarlos a partir de las 17,00 horas aproximadamente. No estaban cua do he llegado.
Uno de esta especie de huevos fritos ha sido mi primer bocado callejero de hoy. Muy rico... 
Y este pancake de pescado y verduras ha sido el segundo. Se podía comer... Los había de Kimchi, la famosa col fermentada de Corea.
Por aquí se anda mucho entre edificios oficiales y de oficinas. También parece haber sedes de grandes empresas. 


Está noche para cenar voy a Cheong-gye-Cheon, que aunque suene raro es algo realmente bonito. Es un cauce urbano, como el del Turia pero a la coreana. Aquí corría un arroyo antes de la expansion urbanistica y fue eliminado del mapa para rehabilitar lo hace muy poco tiempo, aunque creo que el agua no es natural en este momento.




Los locales se sientan y remojan sus pies mientras toca algún artista callejero. Incluso hay piedras para cruzarlo.










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