La salida del parque, también muy bonita, adolece igualmente de sombras por lo que hay que andar despacito para evitar sudar más de la cuenta.
Como toda ciudad en expansión turística que se precia no le falta su Museo de Arte Contemporáneo. He entrado a echar un vistazo pero lo que más me gusta es su estupendo aire acondicionado que disfruto durante algunos minutos. La entrada al museo es libre.
Tiene alguna escultura cromada interesante en los jardines, pero la gente, y yo también, se acerca a esto que parece una espiral y que realmente son tres semicírculos de diferentes colores.
Como toda ciudad en expansión turística que se precia no le falta su Museo de Arte Contemporáneo. He entrado a echar un vistazo pero lo que más me gusta es su estupendo aire acondicionado que disfruto durante algunos minutos. La entrada al museo es libre.
Finalmente accedo a los jardines de Kenroku-en. Aquí si que se paga entrada, tan sólo 2,5 euros. Estos son bastante más grandes, ocupan una montaña y tienen instalaciones de cafetería, tiendas, etc.
Aquí el sol del mediodía sigue haciendo de las suyas. Aunque hay árboles, al estar el sol justo encima de las cabezas hace que las sombras se queden bajo los árboles.
Hay muchos cuidadores para los jardines. Estos en particular parecían estar recogiendo malas hierbas una a una!!
Tenía la esperanza de ver una gheisa, o al menos una maiko, pero creo que deberé esperar a Kyoto. Me he acercado a Higashi-chaya-gai, el distrito donde hace años los patrones construyeron estas casas a sus gheisas. Hoy aún existen e incluso se puede concertar una velada con comida. El precio ronda los 2.500 euros por persona para grupos de 10 ó más con dos gheisas sirviendote.
Ya de vuelta al hotel que está tan solo a unos 20 minutos andando, me he encontrado con este templo alrededor de unas curiosas calles estrechas.
Era el momento de descansar y esperar tranquilo y fresco en el hotel hasta que el sol se pusiera. La temperatura apenas baja 1 ó 2 grados, pero se puede caminar sin problemas a mejor ritmo.
Después de comprobar que hacia demasiado calor para que las gheisas salieran a pasear inicio el camino hacia la zona de la nueva estación que se ha convertido en otra zona popular para cenar.